Café de Valunita…uf
Hace unos días, tenía que hacer un corte en el resto, y decidí tomarme un descanso e ir a comer algo. Buscando en Google, escribí “cafetería” y me surgieron varios lugares, algunos que ya conocía, y uno me llamó la atención: Valunita.
Están ubicados en Balcarce 17 bis, entre Brown y Güemes (Rosario), como destacan en su Instagram. Se dedican al café de especialidad y, por supuesto, tienen comida para acompañar tal majestuosidad de café.
Cuando llegas, ves el pizarrón que siempre suele tener algo escrito, como su nombre o promociones.
Algunos detalles que me llamaron la atención son las plantitas. Considero que tienen la cantidad y el tipo justo para no tener que cuidarlas demasiado, o que por algún descuido les pase algo. De hecho, una de las chicas que estaba dentro del local regó una de ellas. Tanto las mesas como la decoración son amenas, agradables, para sentarse y disfrutar del café, ni más ni menos.
Donde me siento?
Ni bien entré, pasó algo que suele sucederme: no sé cómo es el servicio en lugares así. Estamos acostumbrados a que nos reciban y nos acomoden, pero por una cuestión de prolijidad del local, creo que como gastronómico no hay peor cosa un cliente se siente en cualquier mesa, y peor aún, en la que acaba de dejar otro cliente y todavía está sucia. Pero como los chicos que atienden estaban súper atentos a todo, me acerqué un poco y me dijeron que si quería sentarme, enseguida me llevaban la carta.
La carta me gustó, ya que relataba de una manera encantadora cómo está constituido el café que ellos sirven. Sí, todos esos cafés de nombres extraños que las personas suelen transformar en “café con leche”. Punto a favor: tenía el código QR donde estaban los precios.
¿Qué pedí?
Para tomar, pedí un flat white. Si tenía hambre y quería algo más que un café, una medialuna dulce y algo que me llamó la atención sin antes ver fue “el alfacookie”. Un alfajor de dulce de leche pero con tapas de dos cookies de chips de chocolate… pasé de tener hambre a alimentar a mi niño interior en dos bocados.
Ahora, vamos a lo más importante: el café.
No tardó mucho, creo que entró en el tiempo estándar para este tipo de lugares. El café se notaba bien logrado, las tazas (que a mi parecer eran muy lindas, de un hermoso verde musgo) y tanto las medialunas como “el alfacookie” en platitos separados.
Si bien cada uno debe tomar el café como más le guste, la verdad es que probar café de especialidad, bien logrado, sin azúcar es de otro planeta. Percibir esos aromas y darte cuenta de que el agregado de azúcar arruinaría todo ese viaje de placer cafetero.
La medialuna, que si bien no le hice tanta fama, la verdad es que era muy rica, súper esponjosa y se sentía que era fresca, o al menos del día, si no me equivoco, era de manteca.
Ahora, quitemos el café y hablemos de esta monstruosidad, “el alfacookie”. Creo que es de esas combinaciones que se te pueden ocurrir en cualquier momento pero que nunca terminas de hacerlo. ¡Gracias por este regalo!
En general, un 5 de 5 (mi puntuación en Google Maps). Me costó un poquito encontrar el lugar, ya que no hay algo que destaque más que el pizarrón. Si bien tiene el nombre del lugar, tal vez un cartel ayudaría mucho a las personas que van de paso. Tal vez una indicación de cómo manejarte, “PASA Y SIENTATE”, “ACÉRCATE A LA BARRA Y PIDE”.
Aquí les dejo su Instagram, que está súper activo y compartiendo mucha información sobre ellos: Valunita Cafe.
Por las dudas su ubicacion:
Hasta acá, porque ya me tente de mas cafe.
Nos vemos y Sazonate
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