Té pero en otoño

Con el cambio de estación llega una nueva realidad para muchos: el otoño trae consigo una paleta de colores dorados y una brisa fresca, pero también despierta un enemigo silencioso que acecha entre las hojas caídas. Para aquellos que sufren de alergias estacionales, la llegada del otoño puede representar un desafío adicional en medio de la rutina diaria.

Comencé la mañana un tanto mal…

Para esa mañana, cometí un error al configurar la alarma del despertador; no cambié los días en los que debía estar activa, por lo que no sonó.

Desperté apurado y avisé que llegaría un poco tarde, unos 20 minutos después de mi horario, lo cual, dentro de todo, es algo aceptable, pero como siempre digo, primero avisamos y luego corremos.

Me preparé, note que hacía frío, así que me puse una campera para abrigarme. Aunque sentía una molestia en la nariz, no le di mucha importancia. Tomé mi bicicleta y comencé mi trayecto.

achis…

Lo que era una molestia se convirtió en cosquilleo y terminó en estornudos. Dado que la mañana estaba más fría de lo usual, pensé que era algo normal. Sin embargo, al llegar al trabajo, los estornudos se volvieron frecuentes, durando unos cinco minutos con lagrimeo, estornudos y sonándome la nariz.

Es habitual que los cambios bruscos de temperatura me provoquen alergia, al menos eso me han dicho los médicos que me han visto. Rara vez presente fiebre.

Vamos al té

Sin entrar en muchos detalles sobre qué medicamentos me recomiendan tomar, para aliviar los síntomas es bueno tomar algo calentito, como un té, agregarle algo de vitamina C, como la naranja, y un poco de miel.

La vitamina C puede proporcionar alivio debido a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Ayuda a reducir la inflamación en la garganta y puede calmar el tejido irritado.

Por otro lado, la miel, según relata Rodrigo, A. (2013) en su artículo “La miel,¿ sería una opción para el tratamiento de la tos?” (donde habla de su administración en niños), después de algunos estudios realizados, se encontró que los pacientes que recibieron miel mostraron mejoras en los síntomas de la tos en comparación con aquellos a quienes no se les administró miel.

Entonces, ¿por qué no preparar un té con miel y naranja?

Sí, naranja, porque me quedé sin limón…

Calentamos el agua; personalmente, prefiero que no supere los 90 grados de temperatura. Coloco el saquito de té negro en la taza, una buena cucharada de miel (en el archivo anterior se menciona 10 gramos de miel como muestra, así que podemos asumir que esta cantidad será efectiva) y, por último, jugo de naranja recién exprimido.

Como mencioné antes, no me gusta que la temperatura del té o el café sea muy elevada; prefiero disfrutarlo sin quemarme, pero si la naranja está en la nevera, es probable que enfríe el té.

Lo único que queda es disfrutar y esperar ese tan esperado efecto.

Disclaimer

No es una recomendación.

Siempre debemos consultar con un médico si podemos tomar miel junto con lo que él nos recomiende.

Ante síntomas graves, debemos consultar obligatoriamente a un profesional.

En última instancia, el té de miel y naranja no solo es una bebida reconfortante, sino también un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, podemos encontrar pequeñas dosis de felicidad y bienestar en las cosas más simples de la vida.

“En cada sorbo, encontramos el consuelo y la fortaleza para seguir adelante.” – Anónimo


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